El sábado 23 de octubre se presentó Fernando Ruiz Díaz junto al Ensamble de Guitarras DGEART en el marco de la Fiesta Abasto Abierto que dio inicio a la temporada de espectáculos al aire libre en el barrio porteño.
(Por Elízabet Aleo)
Entre los seis escenarios por los que pasaron 150 artistas, con perfomances de todo tipo y color, ya llegando a la tardecita se dispuso el escenario en las escalinatas del Abaasto Shopping para que toque Ruiz Díaz, y se armó una larga cola que se formó para el lado de Guardia Vieja.
Apenas comenzó a correr la fila, y comenzaron a ubicarse los espectadores, ya se vislumbraba un clima de expectativa, tomando en cuenta también que sería el primer show al aire libre de muchos luego de la pandemia.
Y así de repente apareció Fernando, con su impecable cuero negro y su imponente presencia.
Se sentó y presentó a su ensamble de cuerdas, “O sea, treinta y seis cuerdas”, ya que se trató de un sexteto. Acto seguido comenzó a entonar “Mañana en el abasto”, tema emblema del grupo Sumo y patrimonio de ese barrio cultural. Hasta te lo podías imaginar ahí al “Pelado”, acodado en alguna barra, o dando vueltas por el lugar.
Un buen momento para situar “el clima”, luego siguió con un tema de Draco Rosa y comenzó a despacharse en una tonada flamenca, que es el estilo que más está acuñando últimamente. Tiene que ver con rasgar, con liberar energía exponencialmente. Y de eso, Fernando sabe mucho.
Siguió entre covers y temas de Catupecu, se centró mucho en el tema “Entero o a Pedazos”, contando el porqué de las estrofas “Fui semilla alguna vez enterrada viva / puedo ser la pura sabia y florecerlo”, haciendo alusión a las inclemencias de la vida, a los nacimientos y a su propia hija como semilla quien estaba presente en el show junto a toda la “nueva generación”, quienes brindan esperanza y fuerzas para seguir viviendo.
Un poco más, “Hablando a tu corazón” resonó en ese acústico perfecto que se arma en ese sector del edificio, en honor a Charly García y sus 70 años, ya que ese día se celebraba en la Ciudad el cumpleaños del bicolor y nadie, pero nadie quedó exento de ese acontecimiento.
Pero el momento cúlmine se dio cuando Ruiz Díaz junto al sexteto interpretaron el clásico de Catupecu Machu “A veces vuelvo”. Tema que remite inmediatamente a lo mejor de décadas pasadas, con una fuerza impresionante, con gente agitando y cantando a voz en cuello. Todos estaban esperando ese momento, “Más deseo más me alejo / soy un extraño aquí en mi cuerpo / tanta calma desespero / salgo mucho a veces vuelvo”. Fue un momento emotivo ya que el cantante expresó su homenaje a su hermano Gabriel, recientemente fallecido a comienzos de este año a causa de las lesiones sufridas por un accidente automovilístico del cual nunca se pudo recuperar.
Fernando expresó que muchos temas “le costaba tocarlos”, ya que lo hacía a dúo con su hermano, y su falta física en el escenario se hizo cuesta arriba.
Pero ya casi al terminar el tema, en el último verso, y con todos los presentes mirando al cielo y elevando sus manos, una paleta de rosados y anaranjados tiñó las cúpulas del Abasto, y una bandada de golondrinas, raudas, aparecieron de la nada en ese pedazo que deja ver el celeste del cielo, trazando una diagonal y perdiéndose en apenas unos segundos por el otro lado, mientras todos aún con las manos al cielo miraban extasiados, sin poder creerlo o entenderlo.
Fue la magia o la casualidad, los fans queremos creer en los milagros y entender, que Gabriel nos estaba saludando. Aún con lágrimas en los ojos, recordando lo lindo que fueron los noventas, el recital fue terminando y aún en la Ciudad había fiesta y músicos y público se estaban preparando para el recital de Charly en el CCK.
A la vuelta, un fan seguía escuchando en un pequeño grabador “A veces vuelvo”, y al llegar al Subte, un cartel nos recibió con un “Feliz cumple Charly, Bienvenidos al Tren”.
La vida siempre te regala buenos momentos, sólo hay que estar receptivos y atentos para recibirlos y disfrutarlos.
Fotos, video y redacción: Elízabet Aleo
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