Si bien no es lo conveniente que un militar ocupe ese cargo, tampoco es de una gravedad insostenible.
El tema fundamental es que ocupe el cargo con idoneidad y por supuesto que renuncie como comandante del Ejército.
Tenemos que tener en cuenta:
1) El ministro tiene que ser ecuánime entre las tres FFAA y no beneficiar presupuestariamente a su fuerza
2) El rol del ministro es representar al Gobierno ante los reclamos que pueda existir en cada fuerza y no ser el representante de los militares ante el Gobierno, dicho en criollo hasta ahora estuvo de un lado del mostrador y desde el 10 de diciembre pasa a estar del otro lado.
3) El Ministerio de defensa es un cargo político, en la guerra de Malvinas quedó demostrado el inconveniente de que los militares participen en decisiones políticas, ya que no tienen la preparación para ello.
En una democracia las hipótesis de conflicto externo son resuelta por los poderes ejecutivo y legislativo, luego el comandante en jefe de las FFAA (Pte de la Nación) a través del ministro de defensa, instruye a los 3 comandantes la preparación de sus fuerzas para dichos objetivos.
4) Todos sabemos el deterioro salarial de las FFAA, la poca inversión del Gobierno en armamento y el viejo reclamo de militares en actividad y retirados para que liberen a los efectivos condenados por delitos de lesa humanidad en el proceso de Reorganización nacional.
Me pregunto, Presti va a defender a sus camaradas o a partir del 10 de diciembre se convertirá en el portador de las malas noticias para sus actuales subordinados.
Dichos los inconvenientes de que un militar en actividad ocupe el Ministerio de defensa en este momento, creo que es importante resaltar que en nuestra historia hubo ministros de defensas para todos los gustos
Gral Agustín P Justo: Ministro de Alvear
Gral Luis Dellieplane: Ministro de Yrigoyen
Gral H Sosa Molina : Ministro de Perón
Y lo más paradójico durante la guerra de Malvinas el doctor Amadeo Frugoli fue Ministro de Galtieri
Y el doctor J Martínez Vivot ministro de defensa de Bignone, estos dos civiles.
Más allá que el padre del nombrado cometió delitos de lesa humanidad durante la dictadura, siendo jefe del regimiento 7 de infantería, juzgar a Presti por lo que fue el padre es una inmoralidad, condenarlo por ser militar me parece una hipocresía, lo justo sería que no ocupe el cargo por incompatibilidad de intereses y porque en su mochila lleva el reclamo militar ante la autoridad política.
FABIO ABRAHAM
Ex Secretario de Gobierno
Concejal UCR (MC)
Lomas de Zamora
fabioabraham@hotmail.com.ar



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