Por el Dr. Matías Moya
En estos
últimos tiempos se ha hecho reiterativa una frase que es “vos sos tóxico/a,
porque hacés daño”; “Estoy en una empresa tóxica, con un vínculo tóxico”. Todo parece
estar teñido de toxicidades, de cosas
aberrantes y feas.
No me parece tan así. Si hay cosas para replantearnos y reverlas, en virtud a de qué forma podemos intentar un desapego hacia las cosas que sí nos hacen daño, y que de una u otra forma tendemos a repetir.
El que no
aprende de su propia historia está condenado a repetirla.
Por empezar,
hay un desapego que tiene que ser en virtud al sistema capitalista. Este sistema
quiere que vos consumas, que te transformes en un objeto de consumo y que no
pienses, que no leas, que estés anulado completamente y que seas una cosa más
para consumir, en función a la oferta del mercado.
Es la
supremacía del mercado por sobre las instituciones y fundamentalmente, sobre el
sujeto. Esa es la gran toxicidad que azota a todo el planeta. El sistema capitalista económico político.
Por otro
lado, yendo a las relaciones interpersonales, la cultura no nos ha enseñado a
estar solos, todo lo contrario: siempre pareciera ser que todo es gregario,
todo es compartido, con las concepciones aristotélicas desde chicos, “el hombre
es un animal político”; “somos gregarios”, todo es compartido.
Ante la
angustia, la gente tiene varias formas de poder salir. Se sale muchas veces comprando compulsivamente cosas, los famosos
compradores compulsivos, los acumuladores compulsivos, que encuentran un goce
en esto de acumular hasta que están tapados de cosas y no se pueden desprender
de éstas.
Es importante
ver qué pasa con el apego y con el desapego en un vínculo, en una relación de
pareja. Por empezar, cuando se va construyendo una pareja, son dos historias
cualitativamente distintas que se juntan, con una mirada distinta y tenemos que
aprender a negociar, a aggiornarnos, si queremos co-construir algo con esa
persona.
Desapegarnos
de algo que nos hace daño cuesta mucho porque implica contraponerse a los
valores y los patrones de la cultura occidental… tenés que estar con alguien,
porque “¿cómo vas a estar solo/a?”; “¿Cómo
no sos mamá todavía? ¡Qué terrible!”; “Los hombres no lloran”; “¿Cómo te vas a
poner así, que sos el hombre de la casa?”
Estos mandatos
nos van intoxicando y nos van transformando en sujetos intolerantes, por eso
muchos vínculos duran poco, porque hay una imposibilidad para negociar
importante. Por eso los vínculos a nivel de las relaciones interpersonales se
van desgastando por este deseo de querer a otro a imagen y semejanza nuestra,
de nuestro deseo: yo quiero que seas como yo quiero. Y eso es imposible.
Tenemos que
aprender a mirar desde otro lugar, a no juzgar tanto y finalmente, a tener
menos prejuicios y a alejarnos a tiempo cuando vemos que el vínculo en sí nos
está haciendo daño.
Espero que
les sea útil.
El Dr. Matías Moya se encuentra coordinando grupos denominados “CAMINATAS CONTRA LA DEPRESIÓN” en el Parque Centenario, CABA, dos veces por semana donde realizan caminatas, actividad física y dinámica y psicoterapia grupal con número reducido de participantes. También está realizando tratamientos para reducir de peso, tratamientos contra la ansiedad de comer, depresión y estrés y talleres de respiración y relajación.
Si te querés inscribir a las actividades, entrás a la página Te ayudo a superarlo y mandás un mensaje, o escribís un WhatsApp directo al Dr. MOYA:
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