La artista bahiense de 29 años, Lula Cornejo, prepara la obra que presentará en Europa y cuenta a Télam cómo el arte la ayudó a superar los problemas motrices que le genera su diversidad neurológica.
Con un conjunto de obras abstractas, estridentes y coloridas, María Luján "Lula" Cornejo, una artista de 29 años oriunda de Bahía Blanca, fue seleccionada para participar en octubre de la Bienal de Florencia (Italia), un reconocimiento que le aporta un gran envión a su lucha por superar la neurodiversidad, una discapacidad que compromete algunos de sus movimientos: "Mi sueño poder vivir de esto, poder viajar, estar en contacto con otras personas del arte y conocer otras maneras de pintar", dice.
María Luján Cornejo nació en Bahía Blanca en 1994. Se mudó a la Ciudad de Buenos Aires y, tras unos años de vivir en la ciudad, se trasladó a Chivilcoy (Provincia de Buenos Aires) donde comenzó a exhibir sus producciones artísticas. Fue durante el aislamiento por la pandemia donde se despertó su vocación por el arte, aunque este deseo ya se encontraba latente desde la escuela primaria. "En la pandemia, como muchos de nosotros, estaba triste y aburrida. Entonces empecé a darle la vuelta y a formarme en arte a fines del 2020 a partir de clases virtuales", cuenta a Télam por videollamada.
(FW "En la pandemia, como muchos de nosotros, estaba triste y aburrida. Entonces empecé a darle la vuelta y a formarme en arte a fines del 2020 a partir de clases virtuales""Lula" Cornejo(FW)
La artista forma parte de "Puentes Culturales", un programa impulsado por el gobierno bonaerense que tiene como eje el derecho a la cultura de las personas con discapacidad a través de acciones que garanticen su accesibilidad. El campo del arte fue un gran hallazgo para "Lula", que a causa de su neurodiversidad tiene comprometido el movimiento, aunque en el ejercicio artístico logra estabilidad y puede pasar horas y horas pintando.
Hace unos días, la artista se enteró de que había sido seleccionada para exponer en la Bienal de Florencia (Italia), un sueño hecho realidad. "Fue una gran emoción porque al ser una persona con neurodiversidad lograr algo como esto, participar fuera del país por primera vez, es emocionante. Es mi sueño poder vivir de esto, poder viajar, estar en contacto con otras personas del arte y conocer otras maneras de pintar", apunta sobre las expectativas de cara al evento que se llevará a cabo en Italia del 14 al 22 de octubre.
Cornejo mandó al jurado de la Bienal cuatro obras ("Bohemial", "Emergium", "Desvelo" y "Los iluminados") que fueron examinadas por un Comité Curatorial. Desde la organización del certamen, le notificaron que fue seleccionada y que debía presentarse con una obra realizada exclusivamente para ese evento.
La elegida por "Los Iluminados", una tela pintada con colores fucsia, amarillo, negro y azul que es una de las obras preferidas de la joven artista por su significado: fue una de las que estuvo exhibida en Casa Evita de los Toldos. "Fue el primer lugar donde pude exponer", cuenta.
Una artista intuitiva
Cornejo recuerda sus clases de plástica cuando era pequeña y cómo guardaba sus dibujos en una caja o se los enseñaba a sus papás. Desde entonces, tiene una devoción por los colores y sus mezclas. Antes pintaba en papel pero pronto ese soporte resultó pequeño y pasó a trabajar sobre telas blancas. "Son más espaciosas y puedo esparcir mejor mis sentimientos", señala la artista sobre una obra que se convirtió en una superproducción con nuevas texturas. En las paredes de la casa de Chivilcoy, se encuentran colgadas muchas de sus producciones.
A la hora de pintar, se define como una persona intuitiva. "A veces elijo al azar, a veces elijo por fotos que miro en Instagram de otros artistas que usan otros colores y también mucho paisajismo". A la obra "El largo rosa", por ejemplo, la hizo con textura y después le tiró el color e imprimió telas. Además, cuenta, usa "espátulas y agua de remolacha" inspirada en un pintor de Brasil que conoció que usa pigmentos naturales.
Antes de empezar a trabajar, Cornejo pone música, en general "alegre", dice. "Me ayuda a relajarme y a conectar con los colores. Y me identifica con los sentimientos que saco de mi corazón hacia la tela", relata.
Con la vuelta a la presencialidad, la artista participó de una muestra en el Museo de Artes Plásticas Pompeo Boggio en el marco de la Noche de los Museos en el año 2021. Al año siguiente, expuso 10 obras en el Museo Casa Evita de los Toldos en la provincia de Buenos Aires. También fue invitada por la Universidad Nacional de Lanús para pintar en vivo.
Como consecuencia de su dificultad motora, Cornejo admite haberse visto afectada por algunos discursos discriminatorios que ha escuchado a lo largo de los años. Reconoce que la desmotivaron "un poco" pero asegura: "Cuando pinto trato de expresar mis sentimientos en la tela. Me ayuda a rehabilitarme, porque con otras cosas se me caen los objetos de las manos".
"Cuando pinto trato de expresar mis sentimientos en la tela. Me ayuda a rehabilitarme, porque con otras cosas se me caen los objetos de las manos""Lula" Cornejo
Su madre, Gabriela, que acompaña el crecimiento artístico de su hija grabándola para que difunda sus obras en redes sociales @lulacornejo2020, cuenta a Télam que se trata de "un aporte de la parte artística desde las personas que tienen discapacidad. Ella tiene una diversidad funcional intelectual con compromiso de movimiento".
Según ellas, los obstáculos que atraviesan las personas con discapacidad en el espacio público son abismales. Durante el Censo 2022, "Lula" notó que las preguntas "no fueron inclusivas". En ese sentido, la mamá enfatiza: "Se hablaba sobre 'personas con dificultades', y ella y otras personas se identifican como personas neuro divergentes o con discapacidad. Todos tenemos dificultades. Corresponde llamar las cosas por su nombre".
Luego de esa situación incómoda, Cornejo puso manos a la obra y pintó "Notorios". "Es una obra para sensibilizar y para demostrar que las personas con neurodiversidad podemos hacer de todo y podemos tener futuro también", explica. En la obra pintó un salpicado de colores y luego, dibujó una figura que se pierde entre los distintos tonos.
Como parte de los preparativos para llegar en octubre a la Bienal de Florencia, la familia Cornejo busca cómo solventar el viaje. "Necesito de apoyos económicos porque mis papás no pueden costear mucho", dice "Lula". Todavía no pensó en los colores que plasmará en el proyecto pero tiene tres meses para imaginar "un plan y un croquis", según cuenta. Sin embargo, quiere hacer algo grande: "Estoy pensando en preparar una obra de 2 metros y pico", se ilusiona.
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