En las últimas décadas, la calidad de la animación ha llegado a niveles casi inverosímiles gracias a los avances en tecnología. Los equipos son cada vez más numerosos y los procesos más demandantes y sofisticados. Max Schneider, argentino y vecino de Avellaneda, corazón de la industria audivisual, habló con Nos Vamos Poniendo Tecnos acerca de cómo se trabaja hoy en día.
“Empecé a trabajar en el 2003 en una película producida por COTO, que fue anterior a Soledad y Larguirucho”, repasó Max Schneider, animador egresado de la escuela de cine de Avellaneda (IDAC) actualmente viviendo en Vancouver, Canadá, en conversación con Lisa Aleo y David Aguirre para Nos Vamos Poniendo Tecnos. “Al principio no estaba contratado ni nada, solamente iba los sábados a entintar, que es pasar en limpio los dibujos”.
“Estuve un tiempo sin trabajo hasta que empecé en estudios con publicidad, efectos visuales y cosas así, efectos. Eso me llevó hasta el 2011 cuando empezó la producción de Metegol”.
Con respecto a los cambios desde que egresó de la escuela de animación del IDAC de Avellaneda hasta la actualidad, dijo: “A nivel técnico hay mucha diferencia: el 2D digital hoy día es algo que hace todo el mundo. Cuando empecé estaba solamente el Flash, que era muy difícil de usar. Lo otro que explotó también es la cantidad de escuelas de animación, incluso muchas online, y eso le permitió a mucha gente acceder a la industria”.
Con respecto a cómo afectó la cuarentena su profesión, dijo: “No mucho porque podemos trabajar desde casa. Se resintió más la producción de FX para cine porque no se puede salir a filmar”. Incluso hay más demanda de contenidos: “La gente necesita entretenimiento más que nunca, el consumo de este tipo de productos aumentó con la reclusión”.
También habló del panorama de la industria audiovisual en nuestro país y en el exterior: “Argentina en animación no estaba tan mal, aunque después de Metegol no se volvieron a hacer producciones con tanto presupuesto. En Canadá se apoya mucho la industria, hay créditos federales y créditos provinciales, que requieren la radicación de los que trabajan. Pueden contratar gente de todo el mundo aunque recién ahora pudieron abrir las fronteras”.
Con respecto al hito que fue Metegol en su carrera: “Fue interesante, fue la primera producción con mucho presupuesto, la calidad del equipo y las ganas eran muy grandes”. Y agregó sobre el trabajo con José Juan Campanella: “Es uno de los pocos directores que saben lo que quieren y lo que es su trabajo. Es el responsable de la película y lo que sale en cámara y trabajó mucho”.
“A nivel producción fue bastante cómodo, había gente de todo el mundo, tuve la posibilidad de aprender un montón de cosas, y le abrió la puerta a muchas gente que, como yo, ahora está trabajando afuera”.
Por último, habló sobre las diferencias entre su ciudad de residencia y nuestro país: “A nivel tecnológico no hay tanta diferencia, Vancouver es una ciudad muy progresista, todos los colectivos y la mayoría de los autos son eléctricos y para fin de año se prohíbe el uso de plástico”.
“En Argentina no estamos tan mal, la gran diferencia es que acá es mucho más accesible la tecnología. Todo el mundo puede tener un teléfono nuevo, todo está informatizado, trámites, gestiones”. Y detalló: “No hay que hacer colas, hay estaciones para cargar el auto eléctrico, energía solar”.
Escuchá Nos Vamos Poniendo Tecnos todos los sábados a las 13hs por FM La Poderosa 98.9.
0 Comentarios