Nos encontramos vía Skype con Gonzalo Colombres, nieto del histórico Juan Carlos Colombres, más conocido como “Landrú”, y actual director de la Fundación Landrú que busca recopilar su vasta obra. Charlamos sobre todo: la vida, los vaivenes políticos, la censura y cómo es hacer humor en la Argentina a través de los tiempos. ¿Me acompañás?
Por Elízabet Aleo
Juan Carlos “Landrú” Colombres nació en 1923, dentro de poco se van a cumplir cien años de su nacimiento, fue contemporáneo a Quino, y otros dibujantes destacados. Al principio trabajaba en Tribunales y después de terminar su turno de trabajo a él le gustaba dibujar. Empezó a mandar sus dibujos a diferentes editoriales. En esa época, en los años 40, 50, los medios de comunicación principales eran las revistas y la radio. Tuvo la suerte de que lo contactaran en varias revistas y ahí empezó a publicar sus chistes de humor absurdo, disparatado. Tuvo mucho éxito desde el comienzo.
A él le interesaba el tema de la política, porque justamente en esa época estaba proscripto nombrar a Perón y hacer humor sobre él. Entonces no se podía hacer humor político, y a él era justamente lo que le interesaba. Porque… ¿por qué no se puede?
Con el tiempo consiguió lanzar su propia revista que se llamó Tía Vicenta, y ahí tuvo la importancia del resurgimiento del humor político a partir del ’57.
Como Perón estaba prohibido, él encontró con ingenio poder seguir hablando del tema: lo caracterizó como una pera gigante, y la gente lo entendía y le hacía gracia eso. Hacía una crítica humorística de lo que estaba pasando en las diferentes épocas. Él decía que no hacía humor contra alguien, sino que hacía humor sobre lo que estaba sucediendo. Esa fue la que yo llamo “la fórmula de Landrú”, que de alguna manera contaba un chiste sobre lo que sucedía con un político oficialista y al otro día sobre un político opositor.
Siempre buscó un balance, y así se mantuvo vigente durante tantos años, hasta el 2008 publicó. Fueron más de 60 años en los que jugó y se divirtió contando la historia en clave de humor.
Todo hombre es un animal político
A comienzos del siglo XX, con Caras y Caretas se solían poner apodos de animales a los presidentes. A Yrigoyen le decían el Peludo, a Roca el Zorro, y lo que hizo Landrú fue rescatar esa modalidad. Así, Illia era conocido como “la Tortuga” y Onganía como “la Morsa”… eso le costó el cierre de su revista Tía Vicenta en el ’66.
A Alsogaray, el ministro de economía de Frondizi, le puso “el Chanchito”, porque él alentaba a comer más carne de cerdo y a Landrú le hizo mucha gracia, se imaginó que era un chanchito que le guiñaba el ojo…y le quedó. Y eso continuó en la historia, lo de ponerle seudónimos de animales, como “Macri Gato”.
El caso de Onganía
Onganía no tenía buen sentido del humor. Era bastante serio y parece que no le gustó una publicación (ya venía haciendo chistes sobre esto), pero puntualmente esa publicación no le hizo gracia, fueron a buscar a Landrú a su casa, lo llevaron a un lugar y le dijeron que “a Onganía no le gusta la revista tía Vicenta”. Landrú les dijo que si no le gusta la revista, que no la compre. Así que inmediatamente le clausuraron todo y esto le ocasionó un gran problema porque tenía toda una estructura de dibujantes, humoristas, redactores, y fue un periodo complicado.
Sin embargo, a los 15 días, esto fue el 17 de julio del 66, justo para la época de los “bastones largos”, una época bastante complicada, sacó la revista María Belén, que en vez de estar enfocada hacia el humor político, decidió enfocarla hacia el humor social. En otras palabras, era la Tía Vicenta que habían preparado para la semana anterior, pero le cambiaron un poco la fachada, la suavizaron un poco porque la verdad que generó un poco de temor… que te vengan a censurar la revista por hacer chistes es preocupante.
Radiografía de un humorista
Landrú siempre fue un abanderado de la libertad de expresión y siempre estuvo en contra de la censura. En el humor social, se volcaba a hacer “campeonatos de mersas”, “de caqueros”, y el inventaba cosas pero con nombre de verdad, y la gente se lo tomaba con humor. Clasificaba qué cosas eran clase A, clase B y clase C y hacía chistes sobre los estereotipos.
Era muy observador. Recopilaba, tomaba las conductas de ciertos sectores y al agruparlos, unirlos, hacía gracia, estés donde estés, sin ser despectivo. Simplemente recopilaba sus observaciones: “Suelen hacer esto, se reúnen en tan lugar, dicen o no dicen tal cosa, se visten de tal manera, se visten de otra”. Al verlos en listas o clasificaciones, causaba gracia. Lo in y lo out, él lo hacía desde ese entonces.
Hablando hace unos años con Rolando Hanglin, que siempre le gustó mucho Landrú, me decía “yo me preocupaba por si combinaba bien el marrón con el azul porque Landrú decía estoy yo me lo tomaba en serio”. Y él en realidad lo hacía en chiste.
De alguna manera, el humor es una crítica de lo que está pasando, y te hace pensar. Es una forma de sintetizar una noticia. Y a través del trazo, del dibujo simple o näif, hacer una crítica, por el tema que sea, y toca serios problemas reales del país y del mundo, ahí está un poco la gracia. Si hubiera dibujado un trazo técnico, definido, no sé si tendría tanta gracia. Creo que fue la combinación del dibujo más la picardía, la ironía y la síntesis ya te estaba contando un chiste, entonces, te hacía una editorial con cuatro palabras y un dibujito de un señor y un gatito.
La Fundación Landrú: “Me cuesta gran trabajo recopilar todas las publicaciones”
Estamos recolectando los trabajos de Landrú para la fundación. Me sigue costando. Esto surgió hacia unos años y fue un deseo de él mismo. Nos dijo, ‘¿por qué no recopilan todo lo que hice, para que no se pierda?’ El quería que preservemos su obra para que la gente se siga riendo.
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| Gonzalo Colombres y Elízabet Aleo en entrevista vía Skype. |
Eso lo entendimos con el tiempo. Empezamos a recopilar revistas, digitalizarlas, estamos armando un archivo digital con inventarios, y es un trabajo enorme, ¡la verdad que nos dejó bastante trabajo! Pero por suerte es divertido, porque trabajar con chistes es divertido, está bueno porque todos los días aparecen nuevas cosas, y así. Es un trabajo de investigación arqueológica.
Vas hablando con una persona que tiene algo, una pista te lleva a otra, como un juego de investigación. Y así descubrimos muchas publicaciones que él ni se acordaba y nosotros ni sabíamos. Se acerca gente y nos dice, ‘tengo esto, mejor que lo tengan ustedes’. Todas las semanas nos contacta gente que ven el trabajo que estamos haciendo y se copan, eso después lo compartimos en redes. Esto es más que nada para que las nuevas generaciones conozcan su obra, que no se pierda.
Publicaciones raras
Landrú publicó en una revista peronista que se llamaba De Frente. (Me la pasó Julio Lagos). Él publicó en todos lados: Clarín, Nación y también publicó en De Frente. A él lo que le importaba era publicar el chiste, más que el lineamiento político. Con tía Vicenta pasó por gobiernos democráticos y de facto. “Se las entrego a ustedes porque sé que la van a conservar bien”. Y me sorprendió porque eran bastantes publicaciones.
Nos llegó una carta de Löwe Argentina, la distribuidora de cine, una carta sobre un acuerdo donde se comprometían a animar los personajes de Landrú. No sabemos si se hizo o no. Internamente los llamamos “Los Expedientes X”. Eso es un caso que abrimos y la idea es buscar una pista que lleve a otra.
Y si realmente se grabaron, ya aparecerán las latas con las grabaciones y si no , nos da pie en el futuro a animarlas. Esa carta fue una intención o un acuerdo, no sabemos si se hizo o no, pero tal vez abra la puerta que da para hacerlo.
Carrera de Gonzalo
No me dedico al humorismo. Tengo mi sentido del humor, pero también tengo mis días. A mí me encanta el humor. Si puedo contar algo con un chiste, lo hago. No se puede vivir sin humor.
Landrú decía que no hay que tomarse las cosas demasiado enserio. Eso te contractura, te hace estar mal. No hay que darle importancia a las cosa, no más de lo que se merecen. Es una filosofía de vida. No hay que hacerse drama por cosas insignificantes.
Opinión sobre la cancelación: “Está surgiendo un humor mucho más democratizado”
El humor cambió porque cambian las sociedades, evolucionan. Hoy en día el humor está muy sensibilizado. Noto que hay una especie de autocensura : “no voy a hacer un chiste porque me van a tildar de machista, o de feminista”. Entonces se empieza a edulcorar el humor. Sin embargo está surgiendo un humor mucho más democratizado.
Creo que con las nuevas tecnologías cualquiera puede hacer un meme, y no necesariamente tiene q ser humorista. En eso está cambiando. También en cosas que antes hacían gracia y hoy no hacen nada de gracia. Hay que hacer chistes sobre lo que está pasando hoy.
Lo que tiene Landrú es que tiene cosas de hace tantas años que funcionan hoy perfectamente. Los argentinos no resolvimos muchos problemas, y su humor está vigente. Temas sociales, políticos, económicos…hay chistes de vacunas, de epidemias, que parece que los hubiera dibujado hoy. Funcionan perfectamente.
Recuerdo cuando salió el tema del poliamor. Un dibujo del año 50 y pico… estaban por entrar a casarse una mujer con dos hombres. En la segunda viñeta se miran y la mujer dice: me parece que alguien está sobrando acá. En la tercera viñeta, se ven a los dos hombres del brazo entrando a la iglesia y a la mujer yéndose. Eso pasó en el ’53…imaginate. Él lo planteaba con un humor absurdo, no es que tenía una posición sobre eso: es un chiste. Ese chiste hoy se leería como apertura, diversidad. Funcionaría perfectamente.
Con respecto a la web, estamos trabajando sobre una nueva, que va a estar interesante porque tiene muchas ideas nuevas en breve. El trabajo que estamos haciendo es ver cómo hacer la web colaborativa, que la gente pueda participar, creo que va a ser más divertido para todos. Siempre el buen humor, porque sino el día a día es muy complicado.
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