Por Lisa Lain
La ciudad de Quilmes amaneció llena de carteles de Justicia X Juan Ledesma. Uno en cada poste, que se veían a simple vista desde los diferentes medios de transporte, como una guía, un norte a seguir.
Ya pasaron tres años de esa fatídica madrugada en que unos asesinos le quitaron la vida al joven músico que tenía toda la vida por delante, sin miramientos, luego de tocar en un recital de su banda Superuva en la puerta del boliche “Don Pedro”. Dejando así a una familia destrozada y a sus amigos vacíos de abrazos, despojados de su esencia, de su risa y de su lealtad.
El día anterior a la jornada de reclamo, Martín Lalo había publicado una foto en donde comentaba “Darse vuelta y mirarte a ver si me ibas a cagar a pedos por ser un inquieto del orto”, refiriéndose al baterista que, se sabe, son los que realmente llevan la batuta en una banda.
Así era Juan, un líder nato, talentoso, buen amigo, mejor hijo, familiero. Hoy sus padres enarbolan su bandera, tal vez, la única manera de aferrarse a algo frente a la UFI de Quilmes bajo el sol abrasador de febrero. Los tambores se hacen escuchar, trastocando el silencio que se quiere imponer desde el otro lado.
“Que se revean todas las malas actuaciones de la fiscal Karina Gallo”, exclamó Martín Lalo megáfono en mano, poniéndose al frente la movilización. “Que se hagan las imputaciones de los otros cuatro asesinos de Juan, que se imputen las lesiones y la violencia de género”, agregó.
“Que también cambien la carátula de homicidio simple a homicidio agravado porque fue llevado adelante por más de dos personas, y porque el mismo Cristian Jerez en la misma declaración admite que hay una cuestión ideológica en el asesinato. Aun así, la fiscal de instrucción Karina Gallo intenta y busca sostener a los asesinos de Juan, libres”, explicó.
“Hoy cuatro asesinos caminan libres por la calles y uno espera ser liberado, porque la actuación que hizo la fiscal durante la instrucción es una vergüenza, porque lo único que quiere hacer es encubrir a los asesinos”, aseguró.
La vida está llena de injusticias y la ley del hombre creó la Justicia precisamente para mitigar estas inequidades, pero parece que a veces no es suficiente y el corazón se endurece como piedra frente a los hechos que atropellan la integridad de los demás.
Mientras tanto, esas manitos curtidas se siguen aferrando a las banderas, mirando al cielo y gritando una vez más, JUSTICIA X JUAN LEDESMA.
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