Bienvenidos al sitio más importante de noticias de la zona sur

LA RADIO ARGENTINA, PIONERA EN EL MUNDO, CELEBRA SUS PRIMEROS 100 AÑOS

Por Lisa Lain

Enrique Telémaco Susini, fallecido en 1970, fue médico, periodista, melómano y varias otras cosas, aunque ninguna tan importante como haber realizado hace exactamante un siglo -el 27 de agosto de 1920- la primera transmisión de radio recreativa en la Argentina.

RADIO La imagen no es nada
                                                                                               RADIO-La imagen no es nada. Hernán Petriz

Gala Noticias se unió a los festejos por los 100 años de la radio y entrevistó a Hernán Petriz, hombre de radio y de medios que actualmente está al frente de dos programas en la FM Rock & Pop 95.9: "Monsters of Rock" y la "Trasnoche R&P" para que nos cuente qué significa la radio para él.

"Es difícil expresarlo, porque tiene que ver con lo que une siente en esa conexión", reflexionó Petriz. "En esa conexión con un medio de comunicación que tiene características muy particulares en el mundo en que vivimos. La primera de ellas, es que es gratis. La segunda, es que puede prescindir de la imagen, y en esta época pareciera que la imagen es lo más importante, o está muy bien catalogada, pero para mí no lo es".

Otra de la las características que el conductor rescata es "la posibilidad de jugar con palabras, de crear situaciones, la imaginación total al poder, al poder de esa voz que está detrás de un micrófono y que puede ponerte en una situación de ficción, te puede informar, te puede entretener, pero lo magnífico de la radio para mí tiene que ver con eso", concluyó Petriz.

Dicen que la radio "es el teatro de la imaginación", y el oyente, ese constructor activo de la mesa de redacción. "Siento que me está hablando a mí", es otra de las características sobresalientes. Porque es un proceso de identificación que nos hace acercar tanto. Eso que están contando me pasó a mí. Ese sentimiento lo sentí yo, así. Con ese tema que está sonando me enamoré, viajé, me sumí, me subí, me consumí. 

La radio nos acompaña a muchos desde que tenemos uso de razón. Y en algunos casos, es la única compañía. Nunca voy a olvidar a la persona no vidente en situación de calle, sentado en las escaleras de la estación de Temperley, aferrado a su única esperanza, a su única salvación y como única pertenencia: su vieja radio Spica apoyada en la oreja, así horas, casi dormitando, ensoñando con un mundo al que nunca pudo tener acceso en la vida real. Lo tenía en sus manos, en su imaginación y en esas palabras, en esas canciones que le regalaba la radio.

Abajo de la almohada, como decían los Ramones en "Rock N' Roll Radio", fue la primera escuchada propia de la radio en décadas pasadas. Los llamados a la radio local "para entregarle ese mensaje a la persona amada" (sí, no había Facebook en esa época, ni nada de eso) que por suerte siempre llegaba. El latir del corazón. La adrenalina de estar al lado del viejo Hitachi para grabar "ese" tema, que siempre terminaba pisando el locutor, pero que amábamos igual, con locutor incluido. 

Spica, Hitachi, Noblex, cualquier aparato estaba bien. Y ni hablar de sentarse a escuchar el clásico del domingo con el abuelo en la vereda o en el comedor. Verlo sonreir, enojarse, apretar los puños, rabiar, y por último gritar el gol, con la soda y el aperitivo en la mano.

Hoy día el contexto es distinto, pero la radio sigue estando. Podés escucharla en un podcast, cuando querés. Podés ponerla en la compu mientras llenás planillas con el Excel...pero la radio siempre está. Y mientras esté la radio, tendremos la certeza de que nunca vamos a estar solos.  Siempre que haya una voz sonando el el éter, agradeciendo a las teorías de Maxwell, los descubrimientos de Hertz, a Edison, a Marconi, los Locos de la Azotea, a todos y cada uno de los  trabajadores de radio que hacen que la magia se vuelva sonido.


Un poco de historia

Secundado por su sobrino Miguel Mugica y sus amigos César Guerrico y Luis Romero Carranza, Susini formó un grupo que terminó por ser bautizado como “Los Locos de la Azotea”, con el que urgió la hazaña, ayudado con la tecnología de la época y algunas dotes de acrobacia para instalar una antena horizontal, como las de los radioaficionados, en la terraza del teatro Coliseo porteño, que conectaba con un primigenio aparato de transmisión y llegaba a través de un cable a un micrófono disimulado en la sala.

La historia es conocida y agrega otro ítem de “pionero” a un país que gusta de jactarse de inventos como el colectivo, el dulce de leche y el bolígrafo, aunque aquel teatro Coliseo de Marcelo T. de Alvear 1125, frente a la Plaza Libertad, no era el de ahora.

La aventura de aquellos “Locos”, que transmitieron la ópera “Parsifal” de Richard Wagner -hay un registro grabado con la voz de Susini previo a la función que se puede oír en algunas recopilaciones- deleitó a los afortunados poseedores de receptores “a galena”, que debían escuchar con auriculares e inició el fin del silencio para siempre.

Antes de la aparición de la TV, de la que también Susini participó, y hasta fines de los '50s, escuchar radio fue una de las ceremonias favoritas de los vecinos y vecinas, que se reunían en familia frente a esos enormes receptores que con solo sonidos, música y palabras los llevaban a lejanos y mágicos mundos. 

Publicar un comentario

0 Comentarios

...