En su mágica aventura a bordo de un Fitito de 1982, Andrea y Juan Carlos conocieron esta playa de la costa de Río Negro cada vez más elegida por los turistas a 65 km de Las Grutas. Acá comparten las fotos y experiencia: "Es un lugar especial, distinto, precioso".
La aventura de Juan Carlos, Andrea y el glorioso Fitito modelo 1982 con el que recorren llegó a Punta Perdices.

Dos locos en Fitito pasaron por el «caribe de la Patagonia«, como le dicen a esta maravilla a 65 km de Las Grutas en la costa de Río Negro por el contraste del blanco de las conchillas en la playa con los tonos azulados del mar en el Golfo San Matías.
Llegaron por recomendación de un amigo y no se arrepintieron de aceptar el consejo: «Es un lugar especial, distinto, precioso».


«Todo buenísimo: encontrar conchillas, caracoles y piedritas, el enorme tamaño que tiene toda la playa. Y muy buena la atención tuvimos al entrar por la gente de informes», cuentan.


Ya están de regreso en Buenos Aires después de un viaje que soñaron y planificaron al detalle.


Fueron 13.126 kilómetros en 47 días. Ya retomaron el trabajo: Andrea es docente y Juan Carlos mecánico.
Pero si esta maravillosa travesía en una leyenda recorrió los caminos del sur, empezó por los del norte.
Del norte al sur por la ruta 40 en un Fiat 600
Arrancaron el 26 de diciembre desde Buenos Aires rumbo al norte, para recorrer la 40 hasta el Sur. Encararon para Tafí del Valle, al oeste de Tucumán, para empalmar desde ahí con la mítica ruta que traviesa a lo largo el país, con la que tantos viajeros sueñan.

Se maravillaron con los Valles Calchaquíes y pusieron rumbo a Humahuaca, para hacer una excursión al mirador del Hornacal o Cerro de 14 colores. «Costó llegar, costó volver. Pero valió la pena», comentan orgullosos. Juan Carlos es mecánico y el responsable de mantener a esta joya de 1982 en funcionamiento.
Después siguieron hacia Iruya, un hermoso pueblito a 2780 msnm sobre los faldeos de la sierra de Santa Victoria, a 307 km de la capital salteña. El Fitito reclamó atención y Juan Carlos metió mano: ventajas de que haya un mecánico a bordo.



«Dicen que estamos locos, pero la vida es para vivirla. Y si el camino no es fácil, que más da. Al final la recompensa vale la pena. Aunque el aventurerito pidió mimos para su palanca de cambios, se lo atendió y llegamos a los increíbles paisajes de Iruya», cuentan.

«Casi sin darnos cuenta, ya iban 10 días de la ruta 40! El chiquito subió alturas de más de 4000 metros varias veces, pasó bajo la Polvorilla aunque todos nos decían que no se podía porque el río destruyó el camino, vio nevar y luchó contra el barro. Y ayer cruzó un badenes con agua lodosa que bajaba con fuerza suficiente para hacernos dudar», relatan.

«Para los que quieran ir, el camino es muy transitable, de ripio pero firme si no llovió. También tengan en cuenta que hay que cruzar el curso de un río que en verano lleva agua y que la trepada es grande. Pero ánimo que se puede, damos fe«, agregan.
Bienvenidos a la Patagonia: en Caviahue y Copahue
Tras deslumbrarse con el norte neuquino, pararon en Chos Malal para tomarse una foto en el punto exacto de la mitad de la ruta.

Y después fue el momento en que enfilaron la máquina que levanta oleadas de admiración en las rutas hacia Caviahue y Copahue.
Allí, con Chile a un puñado de km del otro lado de la frontera, entre lagos y montañas, una de las actividades que hicieron fue recorrer el increíble circuito de las cascadas de Caviahue, cercano a la aldea de montaña.

Esa maravilla está a unos 18 kilómetros desde la aldea de montaña enclavada a 360 km al noroeste de la capital provincial. Fueron por la ruta provincial 26 hasta la bifurcación a 7 kilómetros de Caviahue. Ahí el Fitito tomó a la derecha la ruta provincial 27.
Siempre por ripio, hicieron 4 km y tras pasar el puente del Agrio continuaron por la misma ruta otros 4 km, hasta que a la izquierda apareció el acceso hacia el salto. Son dos kilómetros por camino de tierra hasta llegar al estacionamiento.

«En Neuquén, después de tocar el hito de mitad de la ruta, disfrutamos los maravillosos colores de las cascadas y el salto del Agrio«, comentan.
También estuvieron en Copahue, el complejo termal a 19 km de Caviahue.


«Nos asombrarnos del conjunto de nieve, aguas termales curativas y olores que son increíbles», postearon.
Luego, le dijeron a Voy: «Copahue una locura, ver como sale de la tierra esa temperatura y vapores, buenísimo. Y el Salto del Agrio, hermosa la caiga del agua y los colores de las piedras abajo, color tipo ladrillo, hace un contraste espectacular».
13.126 km en 47 días con el Fitito

Tras llegar a los confines del sur, subieron por la costa. Y así llegaron a Punta Perdices.
El año pasado, hicieron Buenos Aires – Ushuahia en 22 días: 8065 km de aventuras. Ahora unieron el norte con el sur: 13.126 km en 47 días.

Y para fines de este año, proyectan Argentina – Colombia. Son Andrea y Juan Carlos, Dos locos en Fitito. O cuando los sueños se hacen realidad.
Fuente: Rionegro.com.ar
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